¿Sabías que la Licenciatura en Ciencias de la
Comunicación se ofreció en Italia, apenas en 1992, gracias a Umberto Eco?
Anímate a estudiar italiano, poder leer a Eco en su lengua es un gran
privilegio.
En Italia los estudios sobre la comunicación
llegaron mucho más tarde que en el resto de Europa y de los Estados Unidos,
donde surgieron. Gracias a Umberto Eco, principalmente, se abrió un
acercamiento al estudio de tesis con argumentos más allá de las que se
encontraban impresas en las bibliotecas, pues comenzaron a estudiarse
documentos aprovechando la tecnología y la importancia de los medios.
Umberto Eco fue un filósofo, semiólogo, escritor,
traductor, medievalista, experto en medios de comunicación de masas, narrador y
en general un intelectual de primer orden que, como lo mencionamos
anteriormente, promovió los cursos y carreras de Ciencias de la Comunicación.
Fue docente de la Alma Mater Studiorum Università di Bologna y profesor emérito.
Recibió el Sigillum Magnum, máximo honor de la institución.
Nacido en Alejandría el
5 de enero de 1932, Eco estudió en la Universidad de Turín con Luigi Pareyson,
graduándose en 1954 con una tesis sobre la estética de Santo Tomás de Aquino,
publicada en 1956. Los estudios de estética y filosofía medieval no agotaban la
multiplicidad de sus intereses en el campo cultural, que lo habían puesto en
contacto con la vanguardia artística (en ámbito musical, literario e pictórico)
y con las novedades de la comunicación en masa.
Desde los años 50 del
siglo pasado empezó a interesarse por la influencia de los medios en la
cultura. En la segunda mitad de esta década trabajó en la RAI de Milán y
colaboró con Luciano Berio que dirigía un Estudio de fonología musical. Sus
primeros estudios, después de la publicación de la tesis y de un volumen sobre
el desarrollo de la estética medieval, fueron dedicados al análisis de
fenómenos de la sociedad de masa y del experimentación musical y literaria,
entre ellos los más célebres son: Fenomenología de Mike Bongiorno (1961)
y Obra abierta (1962). Su libro Apocalípticos
e Integrados ante la Cultura de Masas, publicado en 1963, abrió el campo a
gran parte de los estudios sobre los medios con su aguda y analítica visón
sociológica.
Durante los años 60 y 70 incursionó en estudios
semióticos, desde su primer libro sobre el tema, La Estructura Ausente
de 1968 hasta el fundamental Tratado de Semiótica General de 1975. Fue
profesor ordinario de Semiótica general en la Universidad de Boloña. Su
contribución al desarrollo de la institución académica fue fundamental. Después
de haber contribuido a la fundación del primer curso de Disciplinas de las
artes, de la música y del espectáculo (DAMS) en Italia, a principios de los
años 70, fundó el curso de licenciatura en Ciencias de la Comunicación (1992)
que dirigió personalmente durante los primeros años. En 1990 fundó también la
Escuela Superior de Estudios Humanísticos de la Universidad de Boloña que
presidió hasta su muerte. También, fundó y dio seguimiento desde 1971 y hasta
su muerte a la revista Versus, cuadernos de estudios semióticos.
Incursionó también en la teoría narrativa,
literaria y de la traducción. Además de su vasta producción literaria desde su
exitosa novela inicial El Nombre de la Rosa, pasando por El Péndulo
de Foucault, Baudolino, El Cementerio de Praga y Número Cero.
El 20 de marzo de 2016
se nombró Umberto Eco a la plaza de la Biblioteca Salaborsa de Boloña.
Poder leer a Eco en su lengua es un gran
privilegio y otorga una gran ventaja que en realidad no representa un esfuerzo
proporcional al beneficio.
“Quien no lee, a los 70 años habrá
vivido una sola vida, ¡la propia! Quien lee habrá vivido 5, 000 años: estaba
cuando Caín mató a Abel, cuando Renzo se casó con Lucía, cuando Leopardi
admiraba el infinito... Porque la lectura es la inmortalidad hacia atrás”
Umberto Eco.
Provocatoria, seductora y valiente son algunas
características de la fotografía italiana. Comparte con esta arte el estudio
del italiano y conoce a detalle los secretos de cada uno de ellos.
La fotografía italiana muestra un profundo interés
en la relación entre el hombre moderno y los territorios donde habita, lo que
ha sido abordado desde los años setenta hasta la actualidad.
Son varios los fotógrafos que han puesto en el
centro de sus lentes los principales cambios que han afectado el paisaje contemporáneo
y los cambios sociales, lo que indudablemente ha impactado en la concepción de
la cultura visual y en la cultura italiana en general.
Además de la fotografía de moda y el
fotoperiodismo, presentes a través del tiempo, la fotografía italiana mantiene,
desde los años 30, un particular cuidado por la composición, por la luz y por
la nitidez de sus fotografías. A partir de los setenta, la fotografía
contemporánea italiana ha presentado permanentemente nuevos trabajos de muy
alta calidad. La lista de artistas visuales, que han presentado trabajos muy
interesantes, es larga, por lo que una pequeña muestra de ello podría estar
integrada por Oliviero Toscani, Luigi Ghirri, Ferdinando Scianna, Davide
Monteleone, Eleni Albarosa, Fabio Bucciarelli, Gabriele Basilico, Gianni
Berengo Gardin, Guido Guidi, Leonardo Magrelli, Luca Campigotto, Massimo
Vitali, Mimmo Jodice, Paolo Pellegrin, Pierfrancesco Celada, Stefano Broli y
Vincenzo Castella.
En esta ocasión presentamos la vida de Tina
Modotti, quien además de haber sido modelo y actriz, fue íntima amiga de
Frida Kahlo y amante de Diego Rivera. Modotti
fue una fotógrafa italiana nacida en Udine en 1896. Emigró a Estados Unidos en
1913 y trabajó en una fábrica de textiles en San Francisco. Cuatro años después
se casó con el poeta y pintor estadounidense Roubaix de l’Abrie Richey
“Robo”. Inició su carrera artística en Hollywood con la película Tiger
Lady a principios de la década de los veinte. Tiempo después conoció a
Edward Weston (para quien modela) e inició sus estudios de fotografía en Los
Ángeles. Mientras Robo hacía planes para montar una exposición en México, ella
y Weston iniciaron una aventura. Dos meses después de que su marido cruzara la
frontera, Modotti supo que había contraído viruela. Hizo las maletas y se subió
a un tren, pero antes de llegar a México DF un telegrama le anunció su muerte.
Después de la muerte de “Robo” en México, Tina decide junto con Weston mudarse
y abrir un estudio en la capital. Es ahí donde se involucró en la política, conociendo
a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Jean Charlot.
En 1924 montó su primera exposición en la Ciudad de
México en la que incluyó obras de Edward Weston. Formó parte del partido
comunista mexicano (PCM). Durante ese periodo se dedicó a la edición y trabajó
como fotógrafa para Mexican Folkways y Formas;
tomando imágenes de murales, manifestaciones obreras, madres indígenas y muchos
otros objetos mexicanos. Asimismo, participó junto con Weston en la elaboración
de las imágenes que ilustran el libro de Anita Brenner, Idols
Behind Altars.
Una vez separada de Weston, se relacionó con
Vittorio Vidali, comunista, y se casó con Antonio Mella en 1928, quien
muere un año después. Deportada bajo sospecha de intento de asesinato del presidente
Pascual Ortíz Rubio, se estableció en Berlín en 1930, formó parte de la Union
GmbH (asociación de fotógrafos de prensa) y publicó parte de sus fotos en Der
Arbeiter-Fotograf. Trabaja para el British Journal of Photography y
para la Revue Mensuelle Illustré. Durante la década de los treinta,
vivió en Rusia, Francia y España, donde colaboró en el periódico
republicano Ayuda de Madrid.
Incansable activista, participó con Socorro Rojo y
regresó a México donde murió en un taxi a causa de un ataque al corazón. Sus
fotografías fueron incluidas en la exposición Women of Photography en
1975; así como en una muestra colectiva junto con obras de Frida Kahlo
presentada en Londres y Nueva York en 1982 y 1983 respectivamente.
Comentarios
Publicar un comentario